En el ring como en la vida todo es cuestión de pelear. Hay veces que los golpes nos nublan, los gritos nos ensordecen y el ambiente nos reseca la lgarganta. Aún con todo seguimos peleando, y nos seguimos pegando con todo aquello que nos afrenta. Como si la vida nos fuera en ello. Sacamos fuerzas de donde no tenemos y energía de lugares que nunca llegamos a sospechar que albergábamos.
Porque siempre hay una esperanza. La de salir indemne, victorioso, rehecho, maltrecho, podrido de dolor, pero más vivos que nunca. Y aunque en esa pelea hayamos borrado cualquier reflejo de aquellos que fuimos y no volveremos a ser, siempre nos quedará la cicatriz de ese momento. Como al árbol que le talan sus ramas, y se vuelve más fuerte que nunca. Más sabio en sus silencios, y mas resistente a los nuevos vientos.
Por tod@s l@s que luchan. Mi más sincera admiración.
Precioso
Elena
> El 9 jun 2017, a las 0:01, Toni Abellán escribió: > > >